Admiro a las personas auténticas, íntegras y coherentes con sus principios. Me inspiran. Independientemente de cuáles sean sus valores, si viven acorde a ellos de manera libre y voluntaria y sin importarle lo que piensen los demás, me parecen dignas de respeto. Puede que no comparta sus ideales, pero si apoyaré y defenderé que quieran vivir en base a ellos.
Hoy en día escasea la gente con principios. O si existe, son sólo principios teóricos que pocas veces lleva a la práctica. Hay personas que luchan por sus principios porque ello supone para ellas vivir dignamente. Hay hasta quien prefiere morir antes que sublevarse. Algunos pueden pensar que es estúpido, pero para muchos la libertad es mucho más importante que la propia vida. ¿Porque qué vida es aquella que consiste en reprimirse y fingir ser alguien que no eres? Porque rebelarse ante lo establecido por defender lo que uno cree que es correcto es lo que hace que el mundo cambie, que evolucionemos como especie.
No soporto la hipocresía. Y con esto no digo que yo sea ejemplar y que afirme que todos son hipócritas y yo no. Por desgracia, todos lo somos en mayor o menor medida. Pero creo que hacer crítica (y sobre todo autocrítica) es esencial para cambiar las cosas. Hay que partir desde la aceptación de los propios errores. Hay que admitir la parte de responsabilidad que nos corresponde. Y fijaos que no digo culpa (eso mejor se lo dejamos a las religiones y a su afán por hacernos sentir mal por todo y merecedores de sufrimiento y castigos). Hablo de decir "Sí, reconozco que no soy coherente con todo lo que predico, y si me esforzara podría llegar ser un ejemplo a seguir, al menos para mi entorno". Porque ¿cuántos de nosotros no ha dado consejo a alguien para evitar que cometiera nuestros mismos errores? Padres a hij@s, profesores a sus alumn@s, amig@s a amig@s, etc. Y digo yo, ¿por qué no nos damos esos consejos a nosotros mismos? ¿Por qué siempre nos damos como casos perdidos y depositamos en los demás nuestra fe en la humanidad? Fácil. Porque siempre va a ser más fácil echar la CULPA a otro. Si el mundo no mejora es porque "es que la gente no cambia". O si no la odiosa excusa "no hay nada que hacer, el mundo es como es". Perdonad, pero no.
El mundo es el que nosotros creamos (subjuntivo de creer e indicativo de crear). Nosotros somos los arquitectos y moldeadores del mundo. Que no os hagan creer que el mundo no tiene remedio. Que no os obliguen a vivir en un mundo sin esperanza y sin posibilidades o alternativas. Que no os fuercen a resignaros y a acatar órdenes.
Como dice el himno de Andalucía, ¡levantaos y pedid Tierra (vuestro planeta) y LIBERTAD! Así, con mayúsculas ambas. ¡Todos a rebelarse y revolucionarse! ¡Y, así, revolucionemos a los demás! Sed radicales y cambiad radicalmente. Porque es en la raíz donde todo arraiga y donde hay que ir para erradicar los problemas. Creed en vosotros y cread desde vosotros el mundo que os gustaría ver, disfrutar y dejar en herencia. Y amen. Sin tilde.
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