It's hard to stay mad when there's so much beauty in the world.
Sometimes I feel like I'm seeing it all at once and it's too much, my heart fills up like a balloon that's about to burst.

domingo, 22 de marzo de 2020

Vacaciones eternas

Desde que empezó el 2020 tengo la sensación de que todo lo que me ha ocurrido es parte de un ensayo general para una película de cuyo género no sabía nada. Ahora sé que esa película era de género apocalíptico. ¿Cómo no pude ver todas las señales? Dolencias varias, una ruptura, una mudanza (la tercera en menos de un año), y ahora una pandemia. No sé cómo pretendía el universo que actuara, pero ya podría haberme dado el guion antes para no tener que estar improvisando tanto ahora. Pero supongo que esa es la magia de cualquier actuación que se precie, tener que capear la situación con desparpajo y hacer el papel lo más tuyo posible.

El escenario actual es el siguiente: muchos llevamos una semana confinados en nuestras casas (amortizando los 4,5€ mensuales de Netflix), algunos teniendo que trabajar (¡gracias!), otros paseando a perros de attrezzo para despejar la mente, y otros pocos sacando bolsas de plásticos llenas de cajas vacías de medicamentos para fingir que vienen de la farmacia. Sin duda, esta situación ha hecho del mundo un gran elenco de actores y actrices. Si no nos llevamos el Oscar, lo mismo nos llevamos el Grammy por artistas revelación. ¿Cómo? ¿Es que en vuestro barrio no sale el personal a cantar Paquito el chocolatero a todo pulmón? Yo, además, el otro día tuve el "honor" de presenciar desde mi palco como un coche de la Guardia Civil reproducía el himno de España a todo trapo mientras el que conducía alzaba su brazo al aire. Y por si fuera poco, desde el gallinero gritaban mis vecinos los más rancios vítores.

Hoy el presidente ha anunciado que el estado de alarma se alarga 15 días más. Genial. Más días para seguir ensayando para el fin del mundo (y oír como la gente grita orgullosa "¡Viva España!" mientras la población española sigue muriéndose de asco -y literalmente... por la falta de recursos-). Y para los que estamos dentro de un ERTE (temporalmente suspendidos de nuestros empleos), esto tiene pinta de ser unas "vacaciones" de un mes mínimo. Aunque a decir verdad, siento que llevo de vacaciones desde que empezó el año. ¿Sabéis esa sensación de cuando estáis de vacaciones que sois conscientes de que todo lo que estáis haciendo es algo que normalmente no haríais en vuestro día a día y que es temporal y que acabareis volviendo a la rutina de siempre? Pues así me siento yo desde enero.

Cada vez que pienso en alguno de los sucesos que me han sorprendido este año (citados en la introducción), pienso casi convencida de que esto pasará, o yo despertaré, y mi vida será la que era. Volveré a mi casa, con mi pareja, despertaré en mi cama, me prepararé el desayuno en mi cocina, pasearé por mis lugares preferidos y saldré a trabajar como cada día. Lo cierto es, que nada volverá a ser como antes, ni como era hace tres meses, ni como era hace una semana. No sé cómo serán las cosas, pero estoy casi segura de que estas vacaciones que parecen eternas tendrán unas consecuencias que nos harán querer a todos que nuestras vidas sean totalmente diferentes, nuevas, y que nada nunca jamás vuelva a ser como era. Y si no es así, es que no habremos aprendido nada.

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