It's hard to stay mad when there's so much beauty in the world.
Sometimes I feel like I'm seeing it all at once and it's too much, my heart fills up like a balloon that's about to burst.

lunes, 24 de octubre de 2011

Sin sexo en Nueva York

Todo el mundo sabe que Nueva York es la ciudad que nunca duerme y cuando se va allí por primera vez, uno entra en un estado onírico del que nunca quiere salir.

El sábado pasado cuando pisé suelo neoyorquino por tercera vez, me sentía igual que la primera vez, pero también sentí algo nuevo y era como si estuviera en casa. Sentía que podría vivir allí sin problema y entonces, al igual que la ciudad, yo tampoco dormiría nunca.

Lo mejor de ir a Nueva York es que cada vez que estoy allí es de vacaciones. Y si hay algo que necesitaba últimamente era descansar de este trabajo agotador. Despejar la mente y simplemente dedicar tiempo a mí misma. Y si algo tiene NY es que allí puedes hacer de todo, tanto si quieres volverte loca como si quieres relajarte. Y un poco de todo eso es lo que hice. Vayamos por partes.

Día 1: Greenwich Village

Del primer día sólo destacaré dos cosas. La primera es que recargué pilas viendo a amigos de España. Y os aseguro que cuando uno lleva tres meses tan lejos de casa, lo mejor que te puede hacer sentir es ver caras conocidas y oír voces familiares. Sobre todo cuando esas personas son con las que fuiste a NY por primera vez.

Lo siguiente a destacar es el intento de llegar con mis amigas a cierto club de jazz en Greenwich Village. Como hacía una noche tan buena y no queríamos gastar dinero en Metro ya que somos pobres decidimos ir andando...¡desde la calle 53 hasta la 10! Y después de 40 bloques, allí estábamos en la puerta del Fat Cat esperando a los amigos que nunca aparecieron y sin poder entrar porque Stephannie no tenía aún 21. Ante esa situación poco podíamos hacer. Nuestros pies no podían más y el cansancio en nuestras caras dio paso a la famosa foto “homeless” de la noche.


Día 2: Central Park – Times Square

No hay nada como irse un domingo soleado a un parque, sentarse allí y simplemente contemplar y descansar. Y si ese parque es Central Park, no se puede pedir más.

Después acabamos en Times Square y allí se puede hacer de todo, pero si no vas a ver ningún musical o ninguna obra en Broadway, ya sólo te queda ir de compras... o hacerte fotos con un modelo en calzoncillos en la puerta de Abercombrie.


Día 3: Brooklyn - Staten Island Ferry – Battery Park – Wall St – World Trade Center

El lunes fue un día de pasear sin prisas y sencillamente disfrutar el ambiente neoyorquino de las calles.




Día 4: HANSON

Y llegó el esperado día, el sueño de adolescente hecho realidad. ¡¡Ver a los Hanson en concierto en el Best Buy Theater!! Flipé como una enana. Verlos a escasos metros de mí fue una pasada y el concierto fue increíble. Tocaron todas las canciones de The Wall + 'Mmmbob', 'Where's the love', 'A minute without you' (Middle of nowhere) + 'If only' (This time around) + 'Penny & me' (Underneath) + 'Musical ride', 'Thinkin' 'bout somethin'', 'Waiting for this', 'Carry you there', 'Give a little', 'Voice in the chorus' (Shout it out). Y encima Isaac lanzó un montón de púas de su guitarra y yo cogí una.

La verdad es que las 8 horas que pasé de pie esperando merecieron mucho la pena... ¡tanto que estoy deseando repetir!


Día 8: Fiesta en Manhattan

Tras pasar unos días de ensueño en Illinois volví a NYC para pasar mi última noche de vacaciones allí y así celebrar el esperado 21º cumpleaños de Stephannie. Y qué mejor que asistiendo a una terraza súper VIP frente al Empire State de esas a las que sólo Carrie y sus amigas de Sexo en NY van. Pensaréis que sería algo de lo más glamouroso, pero la verdad es que lo más divertido fueron las batamantas rojas que nos dieron en la entrada para no pasar frío. Y como la au pairs somos pobres y no tomamos champán ni sabemos divertirnos con las cosas de los ricos, simplemente pasamos un buen rato haciéndonos fotos con las nada sexys batamantas. Y para quitarnos la espinita del sábado anterior, no pudimos resistirnos a volver al Fat Cat, esta vez para entrar costara lo que costara. ¡Y lo conseguimos! Eso sí, después de media hora, un pijo borracho intentado ligar, un zumo de naranja y un vasito de pistachos, no podíamos más con nuestra alma y a las 5 de la mañana estábamos ya de vuelta en Queens durmiendo la mona.


El día 5 pertenece a otro sueño que tuvo lugar en Chicago, y ese lo dejo para la segunda parte.


TO BE CONTINUED...

No hay comentarios: