It's hard to stay mad when there's so much beauty in the world.
Sometimes I feel like I'm seeing it all at once and it's too much, my heart fills up like a balloon that's about to burst.

viernes, 11 de enero de 2019

Catarsis



catarsis

Del lat. mod. catharsis, y este del gr. κάθαρσις kátharsis 'purga', 'purificación'.
3. f. Purificaciónliberación o transformación interior suscitadas por una
experiencia vital profunda.

A veces es necesario hacer limpieza. Limpiar ayuda, no sólo a deshacernos de aquello que no nos hace falta o nos sobra, sino también a transformar lo limpiado en algo radicalmente nuevo. Llevo semanas pensando que necesito hacer una limpieza en casa y en mi vida en general para lograr vivir con lo mínimo, quiero decir, con los justo (que obra según justicia y razón) y necesario. Quiero que el eslogan de mi vida sea, "cuanto menos mejor". Y que lo poco con lo que me quede sea de calidad, me haga feliz, y aporte valor a mi vida.

Hacer limpieza no es tarea fácil. Algunas personas lo consideran una tarea tediosa y siempre aplazable. Pero procrastinar tiene un precio: el de acumular más cosas innecesarias, y el de hacer la labor de limpieza algo menos apetecible si cabe. Y a medida que pasa el tiempo, te acabas olvidando de muchas de las cosas que tienes. Hecho que puede ayudar a la hora de tirar cosas cuando finalmente te pones manos a la obra, porque piensas "si en todo este tiempo ni me he acordado de esto, ¿para qué lo quiero?" Sin embargo, a menudo, las cosas cuanto más olvidadas las tenías, más valor parecen cobrar al reencontrarlas. Y entonces la limpieza se convierte en un viaje en el tiempo en el cual acabas aferrándote aún más a esas cosas que durante años eran inexistentes para ti. O al menos, así ha sido para mí durante muchos años.

Pero hace unos meses, gracias al auge de las "nuevas" filosofías de vida como el minimalismo (algo que yo siempre había llamado vida austera o sencilla), empecé a oír hablar de métodos de limpieza y orden como el método KonMari. Éste consiste en sacar todas las cosas de un mismo tipo que tengas (ropa, libros, etc) de su sitio, coger cada objeto individualmente, aproximarlo a tu cuerpo -o ponértelo si es una prenda- y preguntarte si realmente te hace feliz. Si ya no te aporta nada, lo miras, le das las gracias por lo que en su día significó para ti, y finalmente lo tiras (o mejor dicho lo das para que otra persona le dé uso). Me pareció una forma muy bonita de desapegarse de cosas materiales y conseguir un espacio más limpio y ordenado. Pero lo mejor de todo es que este método es aplicable a cualquier cosa, ya sea material o no. Valen personas o recuerdos.

Yo inicié mi método KonMari antes del verano, y puedo decir que el resultado obtenido fue una sensación de liberación total. La verdad es que no hay nada como sentirse ligero, porque al fin y al cabo esas cosas acaban convirtiéndose en una carga emocional que difícilmente te dejan avanzar. Y si es así con objetos, no os podéis ni imaginar lo que pesan las relaciones personales o los recuerdos que ya no sirven de nada. Porque al fin y al cabo las cosas no son más que pedazos de plástico, metal, madera u otro material que por sí mismos no tienen demasiada importancia a nivel vital. Sin embargo, las historias y emociones que encierran esas cosas, lugares o las personas con las que las compartiste, no tienen precio. O sí... el precio de vivir eternamente atado a lo que te hicieron sentir.

Hay que reconocerlo: deshacerse de aquello que en su día fue importante no es fácil. Pero a veces es la única manera de poder mirar hacia delante con otros ojos. A menudo no queda otra y es necesario para ser capaz de afrontar una nueva etapa que puede que llegue de manera forzada y por sorpresa.
Y no hay que preocuparse porque al fin y al cabo todo es efímero y caduco, pero lo hacemos porque nos asusta y abruma lo desconocido, sobre todo cuando no es por elección propia, sino que simplemente ocurre. Y a veces esos contratiempos o reveses de la vida nos obligan a tomar medidas urgentes y desesperadas que necesariamente tienen que venir acompañadas de algún tipo de catarsis por el bien de nuestro estado emocional, porque sólo liberándonos de lo que nos amarra podemos transformarnos en nuevas personas preparadas para disfrutar las aventuras que puedan aparecer en nuestro camino. Y cuanto más ligero el equipaje, con más fluidez caminaremos.


No hay comentarios: