It's hard to stay mad when there's so much beauty in the world.
Sometimes I feel like I'm seeing it all at once and it's too much, my heart fills up like a balloon that's about to burst.

sábado, 3 de agosto de 2019

Ambivalente

Tengo una confesión...

Soy misántropa.

Para el que no sepa lo que significa la palabra diré que viene del griego clásico: μίσω (miso): «yo odio», y άνθρωπος (anthropos): «ser humano».

No lo puedo evitar. Siento aversión hacia el ser humano, y el trato con las personas a veces se me hace muy difícil de llevar. La idea de pasar tiempo con personas aleatorias a menudo me incomoda por el simple hecho de imaginarme lo que esas personas puedan llegar a decir, hacer o pensar. En la mayoría de los casos creo que no me van a caer bien o no voy a sentir que encajo con ninguna de ellas. En el momento en el que me veo rodeada de gente, no puedo evitar callarme, meterme en mi mundo y observar.

Hay ocasiones en las que me irrita casi todo lo que hacen las personas. Me molesta cuando hablan de banalidades, cuando ríen falsamente, cuando hacen lo que "deben", cuando actúan como se espera de ellas, cuando se quejan por tonterías superficiales, cuando se muestran indiferentes ante las injusticias, cuando finjen que algo les gusta, cómo saludan y cómo se despiden (en España sobre todo), cuando dicen que te llamarán (y no lo hacen), cuando opinan sin saber, cuando repiten frases por inercia sin analizarlas, cuando no prestan atención a su alrededor, cuando no escuchan, cuando no aprecian lo que tienen, cuando se conforman con lo que hay, cuando no dicen lo que verdaderamente piensan, cuando son bienquedas, cuando responden de forma robótica a la pregunta "¿qué tal?", y así un largo etcétera. Por no mencionar lo mucho que me repugna lo destructivas que pueden llegar a ser algunas personas y las atrocidades que son capaces de cometer.
La cosa es que en lo más profundo de mi alma, esa misantropía se entremezcla con un sentimiento de curiosidad, fascinación e incluso amor hacia la humanidad, así como concepto abstracto.
Curiosa y extrañamente contrario a lo que dije previamente, a veces, me encanta verme sola rodeada de personas desconocidas con las que parece que no hay más remedio que comunicarse. Me alegra el día que alguien se me acerque y me pregunte algo con la intención de conocer algo de mí desde el más sincero interés. Me sorprende gratamente descubrir que tengo un lado paciente y comprensivo con las personas. Me encanta descubrir que tengo cosas en común con ellas (sorprendentemente, a veces, suelen ser muchas), pero también hablar de todas las cosas que nos diferencian y que tanto chocan pero que no impiden que podamos seguir hablando con respeto y hasta admiración.  Me encanta sentir esa "torta en toda la cara" cuando conecto o encajo con alguien que previa y prejuiciosamente no soportaba. Me encanta pensar por dentro "pues fíjate, me equivocaba y ahora tengo que tragarme mis palabras".
Me puedo pasar horas escuchando o leyendo a personas hablar de sus experiencias en la vida, sus sentimientos, aprendizajes y reflexiones. Me encanta cuando desde la más profunda honestidad (e incorrección política si fuera necesario) alguien se expresa abiertamente. Me fascina ver cómo la gente emprende aventuras en solitario sin importarle lo que los demás piensen. Me encanta la valentía de las personas que se atreven a ser ellas mismas. Me inspira ver a las personas unirse y luchar por aquello en lo que creen. Me deleito con las obras de arte y maravillas que algunas personas son capaces de crear, construir o aportar a la comunidad. Admiro enormemente a las personas inteligentes, organizadas en sus ideas y capaces de comunicarlas eficientemente. Me encanta cruzarme con personas desconocidas y que con pura y espontánea complicidad nos sonriamos. Me encanta subirme a un tren o un autobús e imaginar de dónde vienen y a dónde van las personas con las que comparto el mismo espacio durante horas. Disfruto mucho escuchando a las personas hablar de cosas cotidianas con total sencillez y desparpajo, haciendo de algo simple algo trascendental. Me enternece ver la complicidad y la sinceridad que se respira entre personas que se conocen y quieren profundamente.
¿Es esto posible? ¿Estaré más loca de lo que pensaba? ¿Se puede sentir amor y odio en la misma medida hacia la misma cosa?
Por suerte, mi incoherencia tiene nombre. O eso dicen las personas expertas en psicología:


En psicoanálisis, el concepto de ambivalencia (introducido por Bleuler en 1911) se refiere a una subrayada actitud emocional en la cual coexisten los impulsos contradictorios (usualmente el amor y el odio) que derivan de una fuente común y por lo tanto considerados como interdependientes. 

Pues nada, ya me quedo más tranquila.

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